Con el mes de enero cruzando el ecuador, estamos seguros de que casi todos habréis elaborado, o cuando menos pensado, en la lista de cosas que queréis hacer en este 2018. Agendas impolutas, propósitos, notas… El mes de enero está cargado de buenas intenciones, pero ¿cómo debemos elaborar la lista de objetivos? En primer lugar, debes tener en mente dos columnas, esto es, una para asuntos personales y otra relacionada con los temas laborales. ¿Deben de estar separadas o interconectadas? Parece que, por fin, las empresas van poniendo el foco en facilitar a sus empleados la posibilidad de conciliar con los objetivos personales. Significa esto que las empresas ya deberían haber comunicado cuáles son los objetivos del año, un aspecto que nos permitirá afinar las metas personales; esto significa que en el fondo, ambas columnas no tienen que ser independientes
Con respecto a los objetivos es importe que sean:
- REALISTAS
- MEDIBLES
Es fundamental, además, fijarlos en el tiempo, que tengan un plazo para poder elaborar un plan de acción. Como en todo proceso, es normal que surjan dificultades a lo largo del camino. Ante ellas, debemos mantener una actitud positiva, ser constantes y disciplinados.
Resulta también muy positivo ir anotando las nuevas ideas que puedan aparecer para llegar a cumplir los objetivos propuestos e incorporarlas si lo consideramos oportuno.
Con respecto a los errores, la mejor manera de afrontarlos es aprender de ellos para ser capaces de reconocerlos la próxima vez.
Si te has propuesto alcanzar tus metas, empieza poco a poco, no te centros en grandes logro. Los objetivos más pequeños son muchos más asequibles y nos ayudan a seguir motivados a lo largo del año que comenzamos.
Como no podía ser de otro modo, nosotros también nos hemos marcado un objetivo: seguir aportando valor una vez a la semana.
Y vuestro objetivo ¿ya lo sabéis?
