La Encuesta de Población Activa (EPA), difundida hoy por el Instituto Nacional de Estadística, evidencia la continuidad del tono positivo del mercado laboral en términos anuales, si bien con síntomas de leve moderación en el primer trimestre de 2016, en sintonía con la ralentización de la actividad productiva.
Con mayor detalle, la economía española ha creado empleo en los últimos 12 meses a un ritmo del 3,3% (materializado en 575.000 nuevos trabajadores), tasa no alcanzada desde el tercer trimestre de 2007. Por su parte, el número de parados también ha registrado un notable descenso acumulado desde el primer trimestre de 2015 (-12,0%).
En términos trimestrales, y sin desestacionalizar, los datos revelan un ligero aumento del paro (0,25%) y una reducción del número de ocupados (-0,36%). Esta trayectoria quedaría asimismo avalada por el descenso en el número de contratos registrados en el primer trimestre de 2016 (-13,1% intertrimestral), y las leves caídas tanto en los afiliados en alta (-0,38% intertrimestral) como en el número de empresas inscritas en la Seguridad Social al final del trimestre (-0,72% intertrimestral).
No obstante, en términos desestacionalizados, esto es, eliminando el efecto inducido por el periodo estacional de cada año, la lectura es favorable, con avance en el número de los ocupados en el primer trimestre de 2016 (0,87% respecto al trimestre precedente) y reducción del desempleo (-2,74%).
La evolución esperada por el mercado de trabajo a corto plazo es optimista, aunque contenida respecto a lo previsto a finales del pasado ejercicio. En concreto, las últimas estimaciones oficiales sitúan el crecimiento de la economía española en el año 2016 en el entorno del 2,7% (tres décimas por debajo del pronóstico oficial previo). Esta circunstancia, junto con la prolongación de la incertidumbre política, podrían suavizar las positivas expectativas sobre la trayectoria laboral a lo largo del año.
En cualquier caso, desde las Cámaras de Comercio se prevén ritmos de creación de empleo del orden del 2,4% en el año 2016, que situarían la tasa de paro en el entorno del 20%.
La condición necesaria para consolidar la dinámica de creación de empleo es la preservación de la estabilidad política, social e institucional de nuestro país. En particular, ante el nuevo escenario político, España necesita acuerdos que conciten el consenso mayoritario, en ámbitos clave para nuestro modelo de crecimiento futuro a largo plazo, como son la competitividad y la internacionalización empresarial, la formación y el empleo.
Una de las principales prioridades del nuevo gobierno debería ser la creación de empleo, ya que nuestro mercado de trabajo sufre tasas de desempleo que duplican las registradas en el promedio de la zona euro, con importantes bolsas de paro estructural, una notable dualidad (contratación indefinida vs. temporal), riesgos de descapitalización, productividades estancadas y significativas diferencias a escala regional.
Este aumento del empleo debe producirse sin menoscabo de la competitividad de nuestro tejido empresarial. Ello pasa ineludiblemente por un modelo productivo basado en más empresas, de mayor tamaño, más internacionalizadas e innovadoras, más productivas y con unos recursos humanos adecuadamente capacitados.