La voluntad ciudadana expresada en las últimas elecciones generales ha dado entrada en el Parlamento a una pluralidad de partidos sin que alguno ostente mayoría absoluta. Esta situación hace más necesario que nunca que el diálogo, el pacto y el consenso protagonicen esta legislatura. España ha logrado grandes avances cuando las principales fuerzas políticas han sido capaces de negociar y llegar a acuerdos.
La estabilidad política es una condición necesaria para el desarrollo de la actividad empresarial y para emprender nuevos negocios e inversiones que permitan crear empleo. La recuperación económica es un hecho pero no está exenta de riesgos, en gran parte derivados de la incertidumbre y la inestabilidad que genera la situación política, que podrían poner en entredicho el futuro.
El desafío secesionista del Gobierno de Cataluña es otra razón poderosa para que el Estado disponga cuanto antes de un ejecutivo respaldado por una amplia mayoría parlamentaria para buscar soluciones en el marco de la legalidad vigente y mediante un debate racional.
Es momento, una vez más, de anteponer el interés general del conjunto de la sociedad al particular de cada partido. Es la hora de hacer política de Estado pensando en el bien común a largo plazo.
Las empresas españolas, que son la pieza clave del sistema, están acelerando el necesario proceso de internacionalización, que vienen desarrollando con éxito, y su empeño no debe verse perjudicado por la falta de estabilidad política en este objetivo principal de la economía española.
Por ello, las cámaras de comercio instamos a las principales fuerzas políticas a negociar para lograr un acuerdo estable que permita terminar cuanto antes con la incertidumbre actual y centrarse en lo verdaderamente importante: trabajar unidos para garantizar el bienestar de los ciudadanos.
Prolongar la incertidumbre, o conformar un gobierno inestable que pueda adoptar medidas que provoquen obstáculos al crecimiento de las empresas españolas tales como la subida de impuestos o la derogación de la reforma laboral, supondría un serio revés para el mantenimiento de la senda de recuperación económica y creación de empleo que ya hemos iniciado.
El acuerdo es posible porque es más lo que une que lo que separa a los grandes partidos políticos: la defensa del marco institucional de 1978, de la economía social de mercado, de la pertenencia a la Unión Europea, del Estado del bienestar de la unidad territorial del Estado. Estos son los pilares fundamentales sobre los que se ha asentado la convivencia en los últimos 40 años en los que hemos alcanzado altas cotas de bienestar. Son principios que deben preservarse, abiertos no obstante a todos los cambios que se consideren oportunos, siempre que se realicen dentro de la legalidad y por consenso.
No debemos equivocarnos porque España está en condiciones de dar un nuevo salto de modernidad y progreso en los 10 próximos años que redundará en un mayor crecimiento, empleo y bienestar para todos los ciudadanos.