Raquel Barrero es hoy una mujer nueva. Tras 15 años de carrera profesional de repente se encontró siendo ama de casa con un niño de 4 años y una niña de 6 meses. «Me resistía a pensar que ese era mi futuro o el ejemplo que le iba a dar a mis hijos, así que me cogía a mi bebé y empecé mi periplo por diferentes oficinas en busca de información», explica en el libro Historias de Éxito, publicado por el programa PAEM
- ¿Raquel, cómo te ha cambiado la vida desde que decidiste dar el paso?
Me ha cambiado en todos los sentidos, porque al llevar mucho tiempo en desempleo la vida familiar se deteriora. Y tú a nivel psicológico también. Ahora me dedico a lo que me gusta, me siento realiaza, y eso hace que te cambian las demás facetas de la vida - Cuando llegaste a la Cámara para pedir asesoramiento, ¿tenías clara tu idea?
La verdad es que sí. Soy psicóloga y me estaba formando en coaching. Tenía claro que quería montar una consulta. Pero lo cierto es que en la Cámara, con la formación y el asesoramiento, desarrollé mucho más la idea - El tuyo es un claro ejemplo de que la conciliación laboral y familiar es posible. ¿Es la cara positiva de la mujer emprendedora?
Personalmente creo que conciliación familiar como tal no creo que sea. Lo que sí es cierto es que tienes más tiempo para organizarte y adaptar mejor tus horarios a los de tu familia. Pero conciliación al cien por cien, como te digo, no creo que sea - ¿Qué le dirías a las mujeres que no se atreven a dar el paso para poner en marcha su propia idea de negocio?
Pues animo a todas las mujeres a que den el paso, ya que nosotras, en general, tendemos a abandonar nuestros propios objetivos por los de los demás, por la familia. Y creo que el objetivo profesional es muy importante para estar bien como persona - ¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Pretendo seguir creciendo. Quiero seguir trabajando para que cada vez más entidades y personas me conozca y que eso me lleve a ampliar mi negocio
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